Fue a lo mejor,
tal vez quizás. Yo que se qué como empezó. Dos noches en vela, ninguna cautela. Baremo perdido del disfrute y de la espera. Pequeñas cosas que nos perdieron
sin remedio.
Empezamos aquel
día porfiando sobre todo. Acabamos derretidos, yo en tus manos, tú en mis dedos,
sombras chinas en el suelo; escondidos tras las rocas y bailando en
chiringuitos de la playa de San Juan. Después de aquellos días, utilizamos la
distancia para deshacernos por un tiempo de lo que allí aconteció. Miserias y
proezas de dos amantes imperfectos.
Por acabar,
ahora que te veo, decirte lo que espero: Seguir siendo lo que sigo siendo mientras siga siendo lo que viste en mí.
( El Mingus )
No hay comentarios:
Publicar un comentario