
Subo hacia el barrio con andares pesados. Veo en portales despedidas arriesgadas: sexo descuidado, riesgo paternal, incertidumbres resignadas hacia un banquete infernal. Paciencia doliente de dos amantes imperfectos. Ella hace lo que puede mientras pueda y como sea. Él se abraza al silencio como solución.
Entro en el cuarto y miro por la ventana. Edificios a
ambos lados, cucarachas atrapadas. Muero en mis brazos, ron en el cuello, suena
septiembre, vuelta a empezar.
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