8.- UN RAMO DE MIEDO
Ray y María viven juntos desde hace un par de años. Él le propuso matrimonio antes de su viaje a Marsella donde le esperan cuatro actuaciones en casinos de la zona. Ella está embarazada de tres meses, y buscado o no, decidieron que el feto seguiría su curso. Esta mañana anda abrumada por un suceso inesperado, han llamado a su puerta y le han entregado un ramo de rosas con una nota. Se lo envía Jorge, un antiguo novio que acabó dándole mala vida. La nota dice que no puede vivir sin ella y que necesita verla. El miedo se apodera del alma de la chica justo ahora que había encontrado la paz junto a Ray.
Jorge y Ray llegaron juntos desde Argentina como integrantes de una banda latina que pegó fuerte en la radio durante algún tiempo. La roadmanager que les asignó la discográfica fue una sevillana conocida en el gremio por su competencia y buen hacer, una simpática morenaza que respondía al nombre de María. Después de la edición de un par de discos, la banda se disolvió quedando en el olvido como tantas otras. Ray se instaló con su hermana en el norte del país. Encauzó el día a día con optimismo participando en un sinfín de proyectos musicales, El perro de la Luna resultó ser el que le aportó mayores alegrías.
María y Jorge se enamoraron. Compartían sus vidas en un piso del barrio de Malasaña. La mujer seguía apasionada con los quehaceres de su trabajo. Su compañero no conseguía sacudirse de encima la sensación de vacío que le provocó la disolución de la banda, donde ejercía las funciones de guitarrista y compositor principal. Su relación con las drogas tomó un mayor protagonismo. Con el tiempo empezó a despilfarrar cantidades ingentes de dinero en pastillas, cocaína y alcohol, provocándole un notable deterioro físico y mental. María intentó ayudarle sin éxito, la bajada al infierno del tipo no tenia vuelta atrás.
El final anunciado fue una dramática noche de sábado propiciada por la negativa de ella a entregarle más dinero. El desgraciado salía loco perdido por la puerta de la calle después de comportarse como un auténtico Belcebú embistiendo a empujones, tortazos y patadas a la mujer. Humillada, dolorida, derrumbada sobre el suelo de la cocina, no daba crédito a lo sucedido. Con descontrolados llantos de impotencia consiguió atrapar el teléfono como pudo y llamó a emergencias. Pasó el resto de la noche en el hospital y cursó la denuncia. A primera hora de la mañana regresaba al domicilio acompañada por una pareja de policías. Hizo maletas y huyó despavorida. Su fiel amiga Ruth fue a rescatarla y se fueron juntas a Barcelona para intentar olvidar el infortunio con tierra de por medio. Aunque ficharon y detuvieron preventivamente al agresor (dictaron una orden de alejamiento) todo acabó con la absolución por falta de pruebas concluyentes. Jorge se quedó cada vez más solo y empezó a traficar para pagarse su adicción. Se involucró en todo tipo de asuntos sucios y fue detenido en varias ocasiones por delitos menores. Tiempo después corrían rumores de que volvió a Buenos Aires.
La sevillana se dirige a toda prisa a casa de Ruth para explicarle el asunto del ramo y la nota. ¿Cómo puede ser que aquel malnacido aparezca de nuevo en su vida?. Un sudor frío y angustioso recorre su espalda. Confusión, miedo y dolor que lo tiñe todo de gris.
(ElMingus)
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