martes, 23 de mayo de 2023

MOONDANCE 10

 10. CANCIÓN DE BODA


Siempre había tenido animadversión a todas aquellas uniones obligadas a que un ente desconocido e impuesto por ese gran hermano que es el sistema, deba dar fe y legitimar una decisión personal e intransferible de amor incondicional entre dos personas. Pero ya es sabido que el paso del tiempo, hace que uno se desprenda de aquellas verdades absolutas de la juventud y se tienda a la perfección del pragmatismo ocasional como herramienta de vida.   


Así que hoy es un día especial, María y Ray se han casado y el Pianista no puede sin mas que sentirse feliz. El festejo de boda está ubicado en una gran casa de Tarragona en las inmediaciones de la playa de Cap Roig, espacio cedido para tal ocasión por un conocido de Ray y que a juzgar por las pintas del tipo y la fastuosidad del lugar, acaudala empatía, dinero y poder a partes iguales. Las posaderas de Frank descansan sobre un taburete junto a la barra del fondo de una gran sala donde la decoración ibicenca juguetea con paredes de líneas suaves, el blanco y la madera hasta conseguir una perfecta armonía con el azul del mar. La Rosales, una gitana guapa y alegre, entra por la puerta vestida con tela de todos los colores. Con paso ligero y determinación se mezcla entre los demás y va directa a sus brazos. Celebra sonriente lo estupendo de la fiesta y la barbaridad de canapés diferentes que se reparten por las mesas, aunque apenándose por la falta de un buen jamoncito que llevarse a la boca. 


Francisquito guapo, que haces aquí tan tieso “mi alma”.       

Pasmao de lo guapa que vas Rosales.

jajaja…Ay payo… que Dios te vendiga aduladó. 

Tú ya sabes Rosales que yo siempre digo la verdad, hasta cuando miento digo la verdad.

Ay truhán!, ¿porqué no te he conosío yo con quince años menos? -. Se mantiene muy cerca de él acariciándole con una mano. Con la otra atrapa la copa de vino y humedece su garganta con un trago.  Pero ojitos verdes que esto está mu triste, que la cosa buena está ahí fuera. Vente conmigo anda, y échate unos tumbaos con los muchachos que ya se han arrancao por rumbas.


Es conocido que la Rosales nunca acepta un no como respuesta, así que los dos salen al exterior cogidos de la mano. La brisa del atardecer roza su piel, la gente baila y festeja despreocupada. En el centro de la pista está la novia, María, que después de dar a luz al pequeño Nico vuelve a tener una figura fantástica. Descalza y zarandeando su cuerpo baila delante de Ray, amante y cómplice perfecto.


El Pianista se une a los músicos del escenario. Observa como la atractiva pelirroja también disfruta de la juerga familiar. Se coloca las gafas de sol y se deja llevar por el tumbao caribeño de aquella rumbita buena. Es día de boda, que no se hable más.



“…La noche a mí me seduce y embruja mi fantasía 

 y es que la noche me inspira y es mi adorada enemiga.

 No estamos locos, sabemos lo que queremos

Vivir la vida como si fuera un sueño

que nunca termina, que se pierde con el tiempo…”  (Ketama)



"Moondance cap. final" por El Mingus


                                             

MOONDANCE 9

 9.- HUMO EN LA HIERBA


(3 semanas más tarde)


Todos los parlamentos han acabado y ahora las manos de Frank de deslizan temblorosas sobre las teclas del piano eléctrico de la sala del tanatorio. Aquella pieza entusiasmaba a su madre y la toca para ella por última vez.  Unas cuantas personas sentadas en el impersonal hemiciclo se han reunido hoy para despedir a la bióloga. La noticia cayó como un jarro de agua fría para todos, según el parte forense, un fallo cardíaco acabó con la mujer en aguas del mar Egeo. Fue su última expedición. 


Al otro lado de la ciudad, Jorge entra en su pequeño y destartalado apartamento del Poble Sec. Grávido caminar y aspecto desaliñado, pelo canoso y desordenado, nariz espigada y ojos saltones, es todo huesos. Tira la cazadora en el sofá y busca la caja de la hierba. En la penumbra del pasillo, una inquietante y corpulenta figura le observa y habla.


Hola Jorge, ¿buscas ésto?- enseñándole la caja roja de la droga.

¡Joder, que susto cabronazo!.

...Vaya, vaya, así que el gran Ray se ha dignado a visitar a su viejo amigo.

- Viejo sí que estás...

La inevitable escaramuza entre los dos no se hacer esperar. Se propinan puñetazos, empujones, golpes a mansalva, locura y odio, aullidos de dolor, sudor y sangre, violencia en vena. 


Su contrincante acaba en el suelo magullado mientras Ray se seca la sangre del labio y le hace una última advertencia: 

Tú, maldito hijo de puta, te juro que como vuelvas otra vez por aquí a tocar los cojones va a ser lo último que hagas en tu miserable vida.

 Escupe en el suelo, guarda la caja en su bolsillo y desaparece de la habitación. Triste y cansado esconde su rostro tras el humo de la hierba quemada.


                                ___________________________________________     



El insomnio de estos días ha provocado un desorden importante en la vida de Frank. Ahora mismo el mar está en calma. La pequeña embarcación fondea a una milla escasa de Cala Tamariua. Las cenizas de la urna van cayendo entre sus manos hacia las aguas saladas de aquel mágico espacio que tanto amó su madre. En su hombro se aposenta la mano de Ray en símbolo de pésame.


Larga vida y prosperidad vulcano- le espeta su amigo, ofreciéndole compartir un poco de hierba.  



 Ahí van dos hombres purgando el dolor en las horas nocturnas del mar. Homenajeando a aquella mujer e inmortalizando el recuerdo de su alma. Hasta que el laude y la hora prima les devuelva al mundo real.



(ElMingus)

MOONDANCE 8

8.- UN RAMO DE MIEDO


Ray y María viven juntos desde hace un par de años. Él le propuso matrimonio antes de su viaje a Marsella donde le esperan cuatro actuaciones en casinos de la zona. Ella está embarazada de tres meses, y buscado o no, decidieron que el feto seguiría su curso. Esta mañana anda abrumada por un suceso inesperado, han llamado a su puerta y le han entregado un ramo de rosas con una nota. Se lo envía Jorge, un antiguo novio que acabó dándole mala vida. La nota dice que no puede vivir sin ella y que necesita verla. El miedo se apodera del alma de la chica justo ahora que había encontrado la paz junto a Ray.


Jorge y Ray llegaron juntos desde Argentina como integrantes de una banda latina que pegó fuerte en la radio durante algún tiempo. La roadmanager que les asignó la discográfica fue una sevillana conocida en el gremio por su competencia y buen hacer, una simpática morenaza que respondía al nombre de María. Después de la edición de un par de discos, la banda se disolvió quedando en el olvido como tantas otras.  Ray se instaló con su hermana en el norte del país. Encauzó el día a día con optimismo participando en un sinfín de proyectos musicales, El perro de la Luna resultó ser el que le aportó mayores alegrías. 


 María y Jorge se enamoraron. Compartían sus vidas en un piso del barrio de Malasaña. La mujer seguía apasionada con los quehaceres de su trabajo. Su compañero no conseguía sacudirse de encima la sensación de vacío que le provocó la disolución de la banda, donde ejercía las funciones de guitarrista y compositor principal. Su relación con las drogas tomó un mayor protagonismo. Con el tiempo empezó a despilfarrar cantidades ingentes de dinero en pastillas, cocaína y alcohol, provocándole un notable deterioro físico y mental. María intentó ayudarle sin éxito, la bajada al infierno del tipo no tenia vuelta atrás. 


El final anunciado fue una dramática noche de sábado propiciada por la negativa de ella a entregarle más dinero. El desgraciado salía loco perdido por la puerta de la calle después de comportarse como un auténtico Belcebú embistiendo a empujones, tortazos y patadas a la mujer. Humillada, dolorida, derrumbada sobre el suelo de la cocina, no daba crédito a lo sucedido. Con descontrolados llantos de impotencia consiguió atrapar el teléfono como pudo y llamó a emergencias. Pasó el resto de la noche en el hospital y cursó la denuncia. A primera hora de la mañana regresaba al domicilio acompañada por una pareja de policías. Hizo maletas y huyó despavorida. Su fiel amiga Ruth fue a rescatarla y se fueron juntas a Barcelona para intentar olvidar el infortunio con tierra de por medio. Aunque ficharon y detuvieron preventivamente al agresor (dictaron una orden de alejamiento) todo acabó con la absolución por falta de pruebas concluyentes. Jorge se quedó cada vez más solo y empezó a traficar para pagarse su adicción. Se involucró en todo tipo de asuntos sucios y fue detenido en varias ocasiones por delitos menores. Tiempo después corrían rumores de que volvió a Buenos Aires.



La sevillana se dirige a toda prisa a casa de Ruth para explicarle el asunto del ramo y la nota. ¿Cómo puede ser que aquel malnacido aparezca de nuevo en su vida?. Un sudor frío y angustioso recorre su espalda. Confusión, miedo y dolor que lo tiñe todo de gris.



(ElMingus)

MOONDANCE 7

 7. CANCIÓN DE LA GUSA


El mundo gira y se mueve, muertes y nacimientos se suceden por doquier. La guerra hace estragos en tierras sagradas que ya no lo son. Un infinito de acontecimientos imperfectos con utopías relegadas al olvido.  Planeta Tierra. Mundos de babel. 


 Después de sus viajes por varios lugares del globo vive esa pesadumbre terrestre con el amor a las pequeñas cosas. Carpe diem vital, supervivencia animal, disfrutando el momento con amor e inspiración. Ahora se encuentra en una parte del mundo donde una relativa calma acompaña el día a día. Y ahí está ella, desnuda y dormida sobre la cama de la habitación.


El “Baby I’m a fool” de Melody Gardot suena en el ordenador. El insomnio y la gusa le atrapan. Sale a la terraza con una taza de chocolate y unas pequeñas magdalenas caseras que le regaló su madre. Son las seis de la mañana y la granja de abajo ya ha abierto sus puertas. A esas horas y en días festivos como hoy, le divierte el paisaje humano y algo caótico que se forma alrededor del establecimiento. Allí se mezclan el final del ocio nocturno y el inicio del día de guardar. Vehículos de limpieza, ciclistas disfrazados de superhéroes, chavales fumando hash, ancianos, borrachuzos, taxistas de final de turno, amantes abrazados en cualquier portal….. Todos a glotonear a la granja. 



La música sigue y “Los aviones” de Calamaro se adueña del ambiente. Frank se acerca a la comisura de los labios uno de aquellos cigarrillos franceses que tanto le gustan a Ruth, que sigue dormida y desnuda entre sábanas blancas. El cigarro arde y el humo se escapa imprevisible.  El mundo gira, se mueve, y si la felicidad existe, está claro que les ha venido a ver.



(ElMingus)

MOONDANCE 6

 6.-VOLVERTE A VER


Acabar la noche en compañía de la hermana de Ray está siendo el mejor regalo que Frank pueda tener. Se han encontrado con Ruth en los alrededores de la Plaça del Diamant. Ella, más joven que el pianista, es una argentina vivaracha y directa, poseedora de un divertido hoyuelo en la barbilla, pecas en el rostro y melena rojiza y ondulada. Agradecida de curvas, va enfundada bajo un suave vestido veraniego complementado con botines y chaquetilla tejana. Dos besos y un como estás dan paso al resto. 


Entran en el Jinete del Vinilo, un pub habitual de ambiente agradable donde poder echar unas partidas de billar entre brebajes y buena música. El dueño del local es colega de Ray, un guiri que ejerció durante años como fotógrafo profesional de la revista Rolling Stone. Las paredes de madera del recinto albergan originales decorativos bien dispares: instrumentos, carteles, portadas de vinilos, fotografías, autógrafos, entradas de conciertos, partituras, y un sinfín de recuerdos gráficos que conforman un imaginario de décadas inmortales de cultura pop, jazz y rock. Una delicia para musiqueros.



Tras la última copa juntos el hermano se despide y toma rumbo hacia el aeropuerto. Ruth y Frank se quedan a intimar un rato más. Desde que Ray les presentó el sexo esporádico convive en su relación. El pianista observa como la chica anda alicaída, parece haber perdido el rumbo entre las incertezas del futuro, los remordimientos del pasado y la falta de oportunidades del presente. Después de palabras de ánimo y consuelo y por alguna extraña razón que desconoce, se abalanza sobre la mujer propinándole un abrazo y un beso infinito. Es momento de evadirse, de celebrar su reencuentro, de no inventar nada nuevo, tan solo dejarse querer. Los mojitos se acumulan y el “Turnedo” de Ferreiro irrumpe a bocanadas de fuerza intensa en los altavoces del local. Los cuerpos se mueven entre ebrias carantoñas de complicidad. La danza nocturna, lasciva y brutal de la maravillosa pelirroja, hace sucumbir a Frank en la más profunda calentura de su alma.


(El Mingus)

MOONDANCE 5

 5. EL PERRO DE LA LUNA


Ray es un tipo extrovertido y corpulento que siempre huele a marihuana. Las noches de fiesta se convierten en su presencia en algo interminable, imprevisible y a veces peligroso. Su labia y talento resultan una mezcla explosiva. Se ha ganado una fama de trompetista resolutivo que lo convierte en un músico solicitado por los circuitos profesionales del país. 


 Ayer estuvo con Frank tocando salsa en el Tropicalia. Hoy han vuelto a quedar para  celebrar su vuelta con una buena cena en el restaurante de La Mary. Los dos colegas habían sido inseparables, y vuelven a retomar su amistad allí donde la dejaron, de la mejor manera posible. Se conocieron en los tiempos de “El perro de la Luna”, banda mítica ya disuelta. En esa época se llegaron a alinear las más grandes energías cósmicas de sus talentos en un puñado de buenas canciones. Aman aquel recuerdo: las primeras actuaciones, la excitación del llegar, bailar, conocer e irse para empezar. Acumularon experiencia, amigos, lugares y romances furtivos. Noches eternas empeñadas en convertir la vida en algo más que nacer y morir sin más.




… “ y vendrán los aullidos y vendrán, pero tú no dejes de intentarlo”.



(ElMingus)

MOONDANCE 4

 4.- ALBUM DE RECORTES

. La barcaza arriba a Port de la Selva. Cinco personas están en cubierta preparadas para atracar. Las bombonas de oxígeno, cajas metálicas, polipastos y demás aparejos se amontonan en popa. En la proa, una mujer de ojos azules, figura enjuta y pelo rizado, admira sonriente la fantástica bahía natural de ese pequeño pueblo costero donde los puntos cardinales se confunden entre mar, montaña y cielo. La bióloga nota en sus huesos la humedad de tantas horas de submarinismo, y aunque el paso del tiempo ha sido agradecido con ella, empieza a ser imprescindible la dosificación de esfuerzos. La expedición en Cap de Creus finalizó con éxito, esta noche lo celebrarán todos juntos en su casa con una buena cena. También acudirá Frank, la llamó ayer diciéndole que subiría a visitarla. ¿Qué más puede pedir?.


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El pianista camina por la parte norte buscando la tienda de cómics que le aconsejó Ray. Espera encontrar la edición especial de “Tango y todo a media luz”. Desde Buenos Aires que no recuerda haber pasado tantos días seguidos en una misma ciudad.  La semana pasada se encontró con Ruth y tuvieron sexo, se reunió con Ray y tocaron salsa, y hasta pudo probar otra vez aquel fantástico estofado del Galpón Sur. Parecía que aquellas calles le llamaban a quedarse.


 Hoy acaba de llegar de Port de la Selva, donde ha disfrutado de unos liberadores días con su madre Victoria. Admira la persistencia y seguridad de aquella mujer ante los avatares de la vida. Ella se alegra de que su hijo deje por un tiempo las correrías de pianista errante. Sabe que ha vuelto para recordar de donde viene, y eso la hace feliz. Guarda cada pedazo de su vida y alma en su álbum de recortes preferido, y de manera innegociable había impuesto tres premisas a la relación entre ambos: amor, respeto y confianza.


(ElMingus)

MOONDANCE 3

3.VEINTE MIL CALLES BAJO EL CIELO


La actuación en San Sebastián de la noche anterior fue notable. Julia estuvo espléndida, como nunca, acompañada por los dedos de Frank que bailaron eléctricos sobre las teclas contrapesadas del piano negro del salón. Una noche ociosa y repleta de propinas, con los rusos encantados, sobre todo con ella.


 En la cafetería del hotel, los grandes ventanales dejan entrar la luz natural de la mañana. Con americana, tejanos y camiseta del “Voll damm Jazz”, camina hacia la mesa del fondo con un café y un agua entre sus manos. La sobredosis de mojitos de ayer le obliga a ingerir el hibuprofeno de turno. Se sienta y estira las piernas, reclinando su espalda sobre la vertical de un butacón de ante verde. Su flequillo castaño y mojado se deja caer sobre la frente. Bajo las cejas arqueadas, unos frágiles ojos verdosos observan como la preciosa Bahía de la Concha se ha levantado hoy revuelta por los súbitos vientos de la galerna. A lo lejos, el oleaje cantábrico golpea sobre los acantilados del Peine del Viento y la isla de Santa Clara. Los colores del cielo se dimerizan juguetones en mil y una tonalidades sobre las aguas bravas. Las barcazas amarradas en los muelles, esperan impacientes el amaine climático ante la disconformidad de cualquier intrépido surfero.


La última vez que estuvo en Donosti fue en septiembre pasado durante el festival de cine. Aquí se presentó aquella película de amoríos entre dos chicas adolescentes amenizada por las músicas que él compuso para la ocasión. Siempre ha admirado estos parajes y  su divertida gastronomía a base de exquisitos bocados y vinos refrescantes. Recuerda como Gorka, un buen amigo de su época surfera, le explicaba años atrás diversas y dispersas leyendas de aquellas tierras. El temario podía abarcar desde Montesquieu a los juegos de pelota vasca, pasando por el prehistórico matriarcado o la llegada y posterior huida del indeseable José Bonaparte. También había espacio para históricas teorías evolutivas que se remontaban a milenarios y glaciatorios inicios vinculantes entre vascos con vikingos, con celtas o incluso con caucásicos georgianos.  Todo un desparrame de información y algo de demagogia ebriática en jornadas de oleaje, pinxos y txacolines. De repente, el hilo musical capta su atención. Suena un “Wind Cries Mary” a cargo del joven y talentoso Jamie Cullum, quien aparca la psicodelia del malogrado Hendrix para recrear una nueva versión del tema con pinceladas de soul y aromas de Nueva Orleans.



Tras otro café, ojear el periódico local y confeccionar con sus largos dedos un par de pajaritas con hojas de bloc, aparece Julia caminando entre las mesas de la cafetería y agenciándose como de costumbre las miradas de deseo y envidia de hombres y mujeres. Se sienta delante de él, cruza las piernas, brazos en L, un té entre las manos y unas suaves palabras de buenos días. Después de entablar conversación con algunas banalidades sobre el clima de la mañana, una noticia inesperada sacude la bonanza del momento. Ella le suelta a quemarropa que abandona. Al parecer, anoche intimó con un ruso que la colma de un futuro de regalos, placeres y optimismo. Es momento de hacer otras cosas cariño, no me odies Frank y sigue adelante. Esto no es un hasta nunca cielo, ha sido demasiado bonito como para eso. Pese al aturdimiento de la revelación no hay tiempo para grandes despedidas, el moscovita espera fuera con su flamante coche de importación. Un beso y un hasta pronto es lo último que deja la grácil mulata tras sus pasos. 

Ese ímpetu alocado e imprevisible de su carácter fue lo que le gustó de ella cuando la conoció, así que parece inevitable asumir las consecuencias del “torbellino portugués”.

   

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  Es en la soledad del viajero donde las dudas y las certezas se enzarzan en el porfío de sus convicciones.  Julia y el Tnt covers ya pertenecen al pasado, debe seguir adelante. Después de pasar por Bilbao a cobrar unos bolos pendientes y hacerse un “selfie” en el meridiano cero, vuelve al Mediterráneo. El olor a tierra mojada empapa el ambiente y aparecen las primeras luces de Barcelona.  El mar se abre a la derecha lamiendo la tierra que le vio crecer.  De manera inexplicable, vienen a sus pensamientos Philip Marlow, Betty y el General de “El sueño eterno”.  Sabe que muchas cosas habrán cambiado en aquellas 20.000 calles.

Pasa el tiempo y el pianista ha llegado a la ciudad, en busca de un sueño eterno.



(El Mingus)

MOONDANCE 2

 2.LA MAMA


. Paran en una pequeña estación de servicio. Un aseo y un buen desayuno ayudaran a reponer fuerzas. Julia se cubre el escote con un gran pañuelo verde, sale del vehículo y esconde sus ojos tras las doradas gafas de sol. Su pelo negro lo forman diminutas espirales infinitas que contornean un bello rostro de color con labios turgentes. Las mallas ciñen sus largas piernas, y la parsimonia de sus pasos dan lugar a un fantástico y provocativo vaivén de caderas que ni la mismísima Sade en sus mejores tiempos sería capaz de superar. Elegancia que no se aprende, se tiene y punto. Frank la observa sabiendo que ese encanto es el gran secreto de su negocio, sin ella TNT Covers no existiría. La conoció hará un par de años en aquel hotel de Lisboa donde ya amenizaba las noches con sus líricas de fado y jazz. Él recalaba en la ciudad para participar en un festival de músicas del Mundo como integrante de la formación de un cantautor gaditano. Encandilado por el arte de la portuguesa, acabó la última noche de hotel acompañándola al piano. 



Mientras la diosa de ébano desaparece por el interior de la puerta del restaurante, una madre sentada en el banco de la fachada alimenta con su pecho a una criatura. Por Elvis! ahí está, ese es el origen de todo. El pianista disfruta y se emociona con la imagen. El recuerdo de su madre le embriaga por momentos. Su paciencia, consejos y amor incondicional, hacen de aquella mujer un referente en su vida. Desde la muerte de su padre se habían visto una sola vez. Decide en este preciso momento que a su vuelta pondrá remedio a tal desatino.



(El Mingus)

MOONDANCE 1

 1. DESFILE DE AMISTADES

Carretera nocturna del paraje aragonés. Un coche plateado. Meridiano 0. El de Grenwitch. 

Afuera hace frío y ha encendido la calefacción. Con las manos al volante observa por el retrovisor como su compañera duerme. Suena una versión del “Moondance” a cargo de alguna desconocida big band. Tararea la melodía y piensa que esa versión es jodidamente buena. Siente una mano en su espalda, parece que Ella se ha despertado. Ei Frank,  ¿quiénes son estos que suenan?, es una versión maravillosa. Justamente estaba pensando lo mismo querida.


Las convenciones en hoteles y fiestas privadas son su especialidad, amenizando las veladas con adaptaciones de temas clásicos de bossa, jazz y soul americano. Acumulan anécdotas de todo tipo y conocen por tanto a un buen número de personajes nocturnos de la farándula hotelera, bautizados por Julia como su desfile de amistades personal. En él conviven amigos, amantes, jefazos, peleles, sonrisas, secretos, traiciones, cantanoches, camareras, ricachonas, fulanos y hasta pobres princesas con vestidos alquilados buscando una noche de gloria. Todos ellos son los protagonistas de aquel vodevil, un gran etcétera inacabable de carreteras y lugares que se pierden y confunden con el paso de los días.


 San Sebastián les espera y el alba hace suyo el horizonte. La frágil voz de Marianne en “La balada de Lucy Jordan” da la bienvenida a un nuevo día. Todo es luz, y el mundo, gira en un vértigo sin fin.



(El Mingus)

martes, 27 de octubre de 2020

HARTURA CONFINADA (abril 2020)

 


Hasta los confines confinados por confidentes que confabulan confidencias y confiscan a la ambigua   libertad, en profundas incertezas de un viaje pasajero que cuestiona a bocajarro el porqué de todas y cada a una de las cosas.

( El Mingus )